Entrevista a A. Domenech
Os pongo a tiro esta entrevista con Antoni Domenech, uno de los intelectuales más serios y capaces de nuestro reino de España, coño! Es interesante, entre otras cosas, por la serie de epítetos justificados que le dedica a nuestro querido Slavoj, entre los cuales encontramos el oximorónico "astuto mentecato".
Que ustedes lo disfruten, que no es para menos.
Con dos cojones. Mola que haya gente que defienda la Ilustración y que sostenga que si alguien quiere hablar con sentido de filosofía política, antes tiene que empollarse a Max Weber, a Marx y a Chomsky. ¡Sapere Aude!
ResponderEliminarSupongo que la intención es buena, aunque los argumentos sean tan malos. ?Lo de que la crítica a la técnica se la inventaron unos oscuros nazis en Nuremberg para salvar el pellejo es una broma no? Y que la ciencia no tiene nada que ver con la técnica no hay por donde cogerlo. La crítica de Tugendhat a Heidegger parte simplemente de los principios que pretende criticar éste, no sé si es "demoledora y definitiva", lo cierto es que muchos no parece que la consideren así, vete tu a saber quién tiene razón.
ResponderEliminarPara cagarse en los posestructuralistas creo que hay argumentos mejores.
Hecho en falta a Freud. Ya que Lacan es una mierda pichá en un palo, supongo que el primero será otro romántico reaccionario o izquierdista irracionalista que no quiso ver las bondades de Robespierre.
La Ilustración me parece de puta madre, pero que la Revolución Francesa sea el anyo 0 de la humanidad y que a partir de entonces sólo ha habido ilustrados y antiilustrados, me parece excesivamente reduccionista. Por ejemplo, ?la revolución industrial es producto ilustrado o del capital? ?o no pinta nada? Por un lado me mola Domenech, por otro me parece algo reduccionista.
Pues yo creo que lo de la técnica no es una broma sino una crítica a un enorme reduccionismo al que ya casi nos hemos acostumbrado: el que consiste en decir que los horrores de Auschwitz ya estaban escondidos en germen en Montesquieu y en Newton.
ResponderEliminarHay una cierta manera de entender la historia de los cuatro últimos siglos que podría resumirse así: la Ilustración nos trajo una propensión a la racionalización de todo y a reducirlo todo a mecanismos y estructuras, y la consecuencia lógica de esa propensión fue un desprecio total por los "efectos colaterales". Hasta tal punto habría llegado esa locura de la razón (que produce monstruos), que con tal de fordizar las cosas nos da ya igual que lo que aparezca en la cadena de montaje sean chupetes o montones de cadáveres en vagonetas camino del crematorio. Como si la Ilustración no hubiese sido sino la neurosis de un mecánico que quería que el mundo entero se convirtiese en un taller, en vez del proyecto republicano de que sean las razones de los ciudadanos las que determinen el bien público. La racionalización ilustrada habrá propiciado técnicamente la revolución industrial, pero desde luego NO tiene nada que ver con el proyecto ilustrado el que las empresas sean las que determinen el bien público.
No he leído los textos de Horkheimer de los que habla Domenech, pero sí he leído a algunos de esos a los que se les llena la boca con la palabra "técnica", como Jünger y Heidegger. Y me pasa algo parecido a lo que, creo, que le pasa a Domenech: me parece que están haciendo saltos mortales para no pronunciar las palabras "fascismo" y "capitalismo". Eso no significa que no tenga el mayor respeto intelectual por ellos (sobre todo por Heidegger); sólo que me parece que, quizás presos de un cierto prejuicio histórico o de una cierta situación social, a ambos les da tanto repelús el "bolchevismo" que hacen todo lo que pueden por distanciarse de cualquier cosa que pueda sonar a argumentación del movimiento obrero. En este distanciamiento creo que juega un papel muy importante el uso de la palabra "técnica" y las referencias a las masas desbocadas (lo que Domenech llama "democracia plebeya"). ¿Qué es lo que pasó? ¿Que las masas se rebelaron o que el movimiento obrero organizado fue arrasado?
Claro que habría otra manera de hablar de eso de la técnica en un sentido muy distinto: la manera de Günther Anders. Pero es que Anders, aunque sí que señala que la obsolescencia (o como se diga) de nuestros conceptos de toda la vida (como "ser humano", "política" o "ciencia") es algo común a los sistemas políticos a ambos lados del telón de acero, identifica perfectamente el origen del problema: un modo de producción capitalista que ha provocado una explosión nuclear de fuerzas productivas en todas las direcciones.
Por otro lado, creo que tienes razón en una cosa: me parece un poco de mala fe entender la palabra "técnica" tal y como aparece en el suplemento de "Futuro" del diario El País, que es lo que hace en parte Domenech; creo que hay una poca de falacia de homonimia cuando pasa directamente de hablar de la técnica en Heidegger a la diferencia entre investigación básica y técnica.
Pero en el fondo creo que está intentando poner peso en un lado de la balanza que no ha dejado de ser desprestigiado en los últimos años. Sí, claro que Stalin era un totalitario, pero ¿eso significa que no tiene legitimidad ninguna crítica socialista al modo de producción capitalista?
Pero el argumento de que fueron unos nazis en Nuremberg los que se lo sacan de la manga y luego Heidegger lo tematiza es simplemente mentira, de hecho si los nazis pueden usarlo en el juicio es porque ya hay una corriente más o menos importante que considera la técnica como problema, y precisamente del lado enemigo. Ya desde el principio mismo de la revolución industrial (que, al menos históricamente, no creo que sea un producto ilustrado, cuyo desarrollo primero se produce en un país más capitalista que ilustrado y cuyo ámbito de aplicación es la producción de mercancías, más que un sistema político) existe esa visión, si se quiere reaccionaria, pero anticapitalista, de movimientos campesinos como el de los luditas (los Maschinenstürmer de Anders) y hubo críticos de la revolución industrial, así como entusiastas, tanto del bando revolucionario como del reaccionario; es un proceso que se yuxtapone y se funde, pero en principio diferente, aunque ambos tengan el racionalismo de fondo. Si se quiere argumentar contra algo así como "la relización de la Ilustración se da en Auschwitz", no me vale decir que fueron los nazis los que se lo inventaron para defenderse cuando perdieron, que no es argumento ninguno. Es normal que utilizaran todos los argumentos que tuvieran disponibles para disculparse y que pudieran aceptar sus enemigos, argumentos que no eran precisamente nuevos. Parece que es más bien con la Primera Guerra Mundial cuando aumenta la atención sobre la técnica, donde, ante la cantidad de bajas, parece que un millón más de muertos es un danyo colateral asumible ya metidos en tal carnicería, si así se puede ganar la guerra al estilo antiguo. A mi me llama bastante la atención cómo, pese a haber movimientos obreros fuertes, conscientes e internacionalistas, que no se dejan enganyar como dice Domenech por argumentos falaces y reaccionarios que pretenden demonizar la "democracia plebeya", cuando estalla la guerra (entre las clases dominantes y por motivos imperiales y coloniales), se sienten antes franceses o prusianos y se van al frente a defender su patria (que yo sepa no hubo una gran oposición, al menos es lo que he leído). El nacionalismo, desde que nace, resulta algo ya indiluible, y no parece que se subordine bien al eje ilustrados/antiilustrados, a mi por lo menos me llama la atención y me parece que es un eje importante desde la Revolució Francesa.
ResponderEliminarTambién creo que a la ilustración se le han cargado muchos pecados, interesadamente, que no le coresponden y que hay una corriente frankfurtiana que tiende a mezclar churras con merinas y que la culpa de todo la tiene Yoko Ono. Entiendo que se trata de una entrevista y que no se puede argumentar tan sólidamente como por ejemplo en "el ocaso de la fraternidad" o en sus artículos, pero el recorrido histórico que hace me parece, hasta donde conozco, una ficción.
Un problema que crea malentendidos es generalizar una cierta posición parcial y asumir la que Ilustración es sólo un movimiento unitario. Por ejemplo, el movimiento feminista parte del método cartesiano, pasa por John y Harriet Mill, pero se caga en Rousseau. Esto lleva a algunas a defender el feminismo como movimiento principalmente ilustrado y otras a acusar a la ilustración de parcial y patriarcal, según se le dé más importancia a unos o a otros autores. En estas cuestiones hay que hilar fino y me parece que Domenech aquí no lo hace, cosa que si hace estupendamente en otros sitios.
Respecto a lo de lo nazis y la técnica en algún momento de la entrevista dice que la Alemania de principios del XX era un laboratorio de ideas antiilustradas. Época, por ejemplo, del ínclito Nietszche y de una profunda reacción (política e intelectual) ante los poderosos movimientos obreros. Ergo, no es que los listos de los nazis se inventaran la conexión esencial entre técnica e Ilustración, sino que los muy avispados tomaron prestadas ideas que estaban bullendo en la sociedad civil e intelectual y que, por cierto, gozan de muy buena salud. Mirad, sino, este texto del "diletant" Bernard-Henry Lévy: "Cada uno sabe hoy que el racionalismo ha sido uno de los medios, uno de los ojos de aguja por donde se ha deslizado la tentativa totalitaria. El fascismo no se originó en la oscuridad sino en la luz. Los hombres en la sombra son los que resisten... Es la Gestapo la que blande la antorcha. La razón es el totalitarismo. El totalitarismo se ha revestido siempre con el prestigio de la antorcha del policía. He aquí la "barbarie con rostro humano" que amenaza al mundo hoy". Periódico Le matin, 1977.
ResponderEliminarPa cagarse, eh!
Pues yo lo que digo es que hay que ser cenutrio para decir cosas así, ya sea a principios del XX o hace 30 años. Y Adorno y jorgeimer (jiji) hacen un poco eso, pero desde una supuesta izquierda. Ahí es donde creo que Domenech tiene más razón que cristo. A río revuelto... ahí que te pillo. Y eso no es.
Que simplifica, pues sí, por cojones, es una entrevista. Pero simpifica dando fuentes todo el rato, ojala otros procedieran asín.
Por último y a modo de bufonada, lo que habría que decirle (post morten) a Adoro es que después de Auschwitz lo que no se puede hacer es escribir como lo hace él. Que si Heidegger le parece obstuso y oscuro pues que hay pajas y ojos y que cuidadín que al final ya sabemos como acaba todo.
Pero que Levy diga cosas así de mal, no creo que justifique que se pueda decir cualquier cosa a la contra. Fijate, sólo en ese párrafo, como Levy empieza diciendo que el totalitarismo utiliza la razón como coartada, para acabar diciendo en dos líneas que la razón es el totalitarismo. Que es lo que quería decir desde el principio.
ResponderEliminarYo entiendo que Anders también entraría dentro del saco de los críticos a la técnica para Domenech, Adorno la crítica también en tanto que capitalista, aunque vincule esta con la Ilustración (supongo más que la ilustración es un producto del capitalismo, no a la inversa), pero también el marxismo lo es y no por eso deja de ser su negación (pretendidamente su antítesis, no?). Me parece que Domenech hace un recorrido demasiado grosso modo que no me convence, eso es todo.
Lo de Adorno y Auschwitz es verdad. Después de Auschwitz sólo se puede escribir como Derrida o Houllebecq, jejeje. (Lo siento, no he podido evitar la coña).
Hombre, yo creo que hay un montón de cosas en la historia que no se dejan reducir a la oposición ilustración/contrailustración. La evolución de las prácticas sexuales, los cambios en las maneras de comportarse en la mesa, o las preferencias lúdicas del personal no son (o no deberían ser) asuntos que competan a la ilustración ni a la reacción. Kant denominaba a la tendencia a evaluarlo todo por criterios morales "micrología moral" y le parecía sencillamente un absurdo. Y ya que para Kant la política no es sino una "moral ejercitándose", también estaría de acuerdo con Sánchez Ferlosio y con Habermas en que, joder, hay que dejar que la gente se masturbe tranquilamente sin ver en ello ninguna consecuencia política.
ResponderEliminarEso no significa que la sexualidad, los juegos, el arte, o la comida no sean cosas importantísimas e interesantísimas. Lo único que significa es que no tienen por qué ser asuntos específicamente políticos. Sí que son asuntos de una enorme relevancia histórica, pero es que no todo lo que hay en la historia tiene relevancia política.
Pero algún teórico de la política podría decir a esto: "Ja, ja, ja... Eso sería antes de la aparición de la Biopolítica, antes de la estetización de la política y la politización del arte. ¿Pero es que hay algo que tenga más importancia política hoy en día que el cocido y la salve rociera?". Y si este teórico político pudiese pasearse tranquilamente por Unter den Linden en el año 1937 también diría lo siguiente: "Vivimos en tiempos de Movilización Total. Esto no significa sencillamente que todos los que sean capaces de portar un rifle han de marchar al campo de batalla; significa que todos los aspectos de nuestra vida han de ser movilizados en los conflictos para apoyar a nuestros amigos y arrasar a nuestros enemigos. Política no significa otra cosa que el grado de intensidad máximo de un conflicto, y según se intensifican los conflictos hay que pillar de todos lados para poder ganar". Y lo que no aparecería por ningún lado (más que en un sentido muy metafísico, en el peor sentido de esta palabra) es el plano de las causas que han propiciado este estado de cosas.
Todos (tanto Kant como Schmitt) estarían convencidos de que es mucho más fácil ser patriota a secas (que tu patria sea la salve rociera) que "patriota constitucional" (que tu patria sea el Estado de Derecho). A todos les parecería lo más normal del mundo que en la primera guerra mundial a un obrero parisino le acabase tirando más el pastís que la justicia. Pero mientras que unos salvarían al menos que deberíamos ponernos en la perspectiva desde la que juzgar que un progreso de la humanidad es sólo aquel que nos acerque a la regulación jurídica de todos los conflictos humanos, otros dirían que es el intento de ponerse en esa perspectiva lo que ha propiciado en último término el recrudecimiento brutal del conflicto.
Los primeros, los ilustrados, intentarían identificar cuál ha sido el causante de que el sexo, el parchís y las pajas se hayan convertido en un asunto político, con la firme intención de que deje de una puta vez de serlo. Y creo que lo que Domenech (o Sennet) defienden es que ha sido el capitalismo el que nos ha metido en este berenjenal de la hiperpolitización. Que si hay intención de politizar a la ciudadanía es con el firme propósito de despolitizar un montón de ámbitos que jamás debieron estar politizados.
Aunque también es verdad que estoy haciendo lo mismo que se le puede reprochar a Domenech: hablar como si la ilustración fuese un todo unitario cuyos miembros están de acuerdo en todo lo que dicen. Es verdad que quizá el término "Ilustración" abarca demasiado (y el ejemplo de Rousseau y el feminismo es perfecto en este sentido). Incluso se puede hablar de una "Ilustración ateniense" para referirse a ciertas cosas que sucedieron en la Atenas de Pericles (y, como diría Domenech, especialmente tras las reformas de Efialtes que darían todo el poder a la "democracia plebeya"). Esto es lo que pasa cuando se emplea un término que a la vez designa una cierta época histórica y algo suprahistórico, un criterio para enjuiciar las realidades históricas. Pero, aunque no podamos identicar la persona que encarne a la perfección los ideales ilustrados, eso no significa que entre todo en el concepto. Sobre todo hay una cosa que no entra: afirmar que el despotismo pueda ser lo único que le quede a la humanidad. Y paro ya, coño, que menudos rollos que suelto.
Totalmente de acuerdo. Y me parece que la confusión entre la facticidad histórica y el proyecto o modelo es gran parte del problema a la hora en que muchas veces se ha enjuiciado, tanto la Revolución Francesa como el comunismo, (igual se podía decir quizá del cristianismo u otros modelos que parten de un proyecto). La Revolución Francesa comparado con el modelo de los demócratas universalistas fue una puta mierda que apenas duró dos años hasta que se traicionara tanto por las ambiciones de los propios revolucionarios como por los intereses generales de una burguesía a la cual en realidad los "que vivían de sus manos" como dice Domenech se la traía floja (salvo alguna honrosa excepción de la cual nos acordamos). Lo reivindicable es el modelo; si se confunde lo que "debería haber sido" con lo que "realmente fue", pues se acaba defendiendo que la única legitimidad es la del más fuerte. Es el problema de deslizar lo "de facto" a lo "de iure", que creo que es lo que le pasa por ejemplo a Gustavo Bueno: la historia no sólo es un patrón descriptivo (de lo ha pasado), sino también normativo (ha sucedido así porque debía suceder así), no en vano tiene en tan alta estima a Hegel. Y acaba defendiendo que al final son los imperios trinfantes los que deben imponer sus intereses, ya que la verdadera legitimidad es la victoria.
ResponderEliminarFrente a esto yo creo que hay que defenderse precisamente de la seducción determinista, de la disolución de la posibilidad de decisión en sus circunstancias históricas, sociológicas, estadísticas... Es cierto que estas circunstancias son condiciones de posibilidad, pero de una situación en la que la decisión puede hacer cambiar el rumbo de su inercia. Y un buen ejemplo de triunfo de la decisión sobre la determinación es la Revolución Francesa, que podría no haberse dado y que supuso una ruptura inédita con el antiguo régimen.
Pero también hay que tener cuidado en el deslizamiento contrario, en considerar que el modelo "de iure" puede ser sin más su realización, que es una proyección futurible de lo fáctico ante la cual no es necesaria adaptación ninguna, en todo caso es lo fáctico lo que tiene que amoldarse a él. A lo que me refiero es que es un modelo algo así como con masas puntuales que ocupan un volumen 0 y que son independientes de sus condiciones iniciales. Hay que evitar la tentación de pensar que si el modelo no se da es sólamente porque se impide su realización desde otras partes, que para evitar las fuerzas de resistencia que impiden que se dé facticamente el modelo ideal basta con pulir mejor los individuos(que se plantean en el modelo como masas quasi-puntuales). Que si se tienen las herramientas de pulimentación (la educación) está ya todo hecho. La historia y la identidad son rozamientos que perturban la realización del modelo, pero también la condición material para que se puedan dar. Por eso el nacionalismo no es sólo una perturbación ocasional, asimilable al parchís, un capricho que con una buena lija y un poco de tiempo se pude raspillar limpiando a los sujetos de su identidad, sino que es una cualidad de la cual el modelo ha de dar cuenta de alguna manera.
Se trata en definitiva de concebirlo como sistemas dinámicos de sólidos con forma determinada (una forma que influye su movimiento en el sistema) más que como puntos abstractos e un modelo estático y geométrico.
Yo cambiaría el frontispicio de la academia por "que no entre nadie aquí que no sepa física del estado sólido" (esto me parece que es lo que introduce el marxismo).
Bueno a ver si seguimos con unas birras mediante. Un abrazo, guatt.