viernes, 20 de marzo de 2009

Qué guay que es Bolonia

Bolonia tiene algunas cosas geniales como el facilitar el estudio en otras universidades europeas, el crear un sistema estandarizado para medir y homologar los estudios universitarios o el promover una enseñanza más personalizada donde los profesores tutoricen el proceso de aprendizaje de los alumnos enfrentándose a sus problemas concretos. Los críticos con Bolonia protestan, creo yo, por dos cosas:

a) Porque para conseguir esos objetivos haría falta un brutal aumento en el presupuesto universitario que no se está produciendo ni parece que se vaya a producir. Si queremos que los estudiantes puedan cursar un par de años en la Sorbona, habrá que aumentar enormemente las cuantías, por ejemplo, de las becas Erasmus (es decir, comenzar a comportarse de una manera más parecida a como lo hacen los clásicos estados del bienestar como Francia); si queremos que los profesores de verdad tutoricen a los alumnos, tendremos que aumentar las plantillas docentes, porque un profesor no puede atender personalizadamente a 80 chavales, sino quizá a 30 ó 40 (luego habría que duplicar como mínimo la plantilla, y yo todavía no he visto una brutal oferta de empleo público univeritario por ningún lado).

b) Porque de tapadillo se estám intentando colar como reformas exigidas por Bolonia cosas que nada tienen que ver con la Declaración de Bolonia aunque quizá sí con la Agenda de Lisboa: reducción de costes, transformación de la economía española en una economía de mercado supercompetitiva... Para conseguir esto último es necesario reducir los impuestos que pagan las empresas y las rentas altas, y eso sólo es posible si el Estado reduce sus prestaciones. Una de ellas es la Universidad que exige una cantidad enorme de dinero público y por eso el gobierno, la oposición, los medios afines y los del otro bando, repiten todo el rato que los alumnos sólo cubren con sus tasas el 10% de lo que cuesta su educación. Se intenta introducir en la opinión pública que la educación universitaria es un bien más de uso privado no una necesidad pública de toda democracia. Se sugiere que esto es tan injusto como si el Estado estuviese sufragando la compra de Playstations pagando el 90% de su importe a los jugones videoadictos. Pero yo sigo creyendo que es una exigencia pública y democrática el que exista una educación universitaria gratuita a la que pueda acceder todo el mundo, no sólo cuatro pijos quee pueden pagarse enteros sus estudios. Si no aumentan ni las becas ni la plantilla docente, parece que es porque el principal objetivo de todo esto es ahorrase costes y ya está.

El video de arriba, donde se manda a unos antidisturbios a forrar a hostias a veinte estudiantes con libros en la mano, me parece que señala en esta dirección. La banca nos lleva robando durante años, nos roba todavía más durante esta crisis, nos comen el tarro en sus medios de comunicación y dicen que ellos sólo dicen lo que decimos o pedimos nosotros. Pero cuando decimos algo distinto, nos rompen la cara. Que les den por culo.