No sé si algun@ habrá visto este tipo de "suelos" de árboles:
¿Tiene alguna ventaja respecto a la tierra de toda la vida?, ¿Por qué el distinto tipo de material -o al menos el color- de la parte más cercana al tronco que la del exterior?
Es una tontería, pero me aburro.
?qué demonios es eso? parece tartán, así en la foto da un poco de grima ver al árbol incrustado en el tejido ese. ?El árbol no será también sintético?
ResponderEliminarEs evidente que es para que cuando meas en el árbol no desentone la huella húmeda... o quizá para que todos los árboles parezcan meados... o porque van a inventar un deporte que es el salto del árbol, de ahí el tartán.
ResponderEliminarLa cosa esa tiene de pinta de ser el caucho de las ruedas reciclado en virutas que se ponen en los huecos de los cuadrados de los árboles para tapar la arena, dar sensación de continuidad con la acera y que el hoyo no se use como cagadero de perros. El que hay más cerca del tronco debe de ser más flexible de manera que el árbol pueda crecer sin problemas. También se usa en los parques infantiles para que los niños se hostien sin problemas.
ResponderEliminarLo malo es que dura dos telediarios, en Tirso están constantemente arreglándolos, se joden de un pisotón. En los parques infantiles en dos días se ponen negros de mugre además que es un putadón para las nuevas generaciones porque no pueden disfrutar como nosotros hicimos en nuestra infancia de la arena y sus infinitas posibilidades de diversión.
En Lavapiés ha pasado igual, han alicatado y esterilizado una plaza que antes era de arena... qué manía contra la pobre arena! ¿pero no son conscientes de lo feliz que es un niño jugando con ella?
Supongo que la cosa responde a que vivimos en un país y yo en concreto en un barrio que concibe el espacio público como un lugar para hacer negocios, cagarse, mearse, robar lo que sea o romperlo. Ante esa mentalidad por desgracia se impone el alicatamiento masivo, la retirada de bancos o cualquier objeto o esquina propicia para echar la meada de turno.
Estamos muy lejos del otro extremo que podría ser cualquier barrio de Berlín, donde los niños van en bolas por el parque, sus madres en bragas detrás de ellos y hay toneladas de fina arena para jugar.
Muy buena la respuesta Iván. Te veo puesto en tartán...vamos, que así a lo fácil (me parto) eres como "Tartagnán".
ResponderEliminarPero me queda una duda: detrás de los niños en bolas y las madres en bragas...quién va?? Un turco?
... seguro que Guattarí, que cuando llega la primavera es muy aficionado a usar los jardines de Berlín como dormitorio tiene mucho que decir sobre el tema.
ResponderEliminarasí es amigos, nada como el voyeurismo primaveral para renovar el flujo por aquellos conductos que el invierno atoró.
ResponderEliminarAlguna vez nos habíamos preguntado cómo es que los parques en Berlín tienen columpios tan chulos y la gente pone sus florecillas en la calle, etc. Hace unas semanas encontré un cartel en mi portal que convocaba a una reunión de vecinos del barrio para proponer ideas de mejoras. Supongo que es así como funciona para que los vecinos se ocupen de su propio barrio. La reunión es manyana y yo ya tengo una lista preparada en la que la propuesta estrella es que el nudismo sea obligatorio y se desarrolle el servicio del "ofeltón" en los parques.
Recuerdo la granja con animaillos que hay cerca de la casa de Guat, o de las actividades que los domingos que montan en los parques de Prenzlauer Berg para los niños, los tipis que unos colgaos ponen al lado del canal (los indios siempre acampan ahí)... en Madrid... ni de coña me lo imagino!
ResponderEliminarYo creo que es algo mucho más gordo que el dar a la gente la posibilidad de participar en la toma de decisiones, el garrulismo de este país es algo casi genético.
Si pones flores en la calle a los 5 minutos una señora se llevará la maceta... como pasó cuando la boda del principito, que en cuanto abrieron las calles una marabunta de jubilados arrasaron todos los maceteros, había unas fotos acojonantes.
En un país de paletos nuevos ricos como en el que vivimos aún queda mucho para llegar a esos niveles de civilización berlineses que tanto nos gustan.