viernes, 4 de julio de 2008

Oteiza

Mezclando a Heidegger con los caseríos vascos.

3 comentarios:

  1. Dios.
    Combinaciones binarias, terciarias. Su Dios como un Dios de papel... en blanco.
    Hombre.
    El hombre como pastor del ser, frente al artista, cazador del ser... arte=trampa...
    Artista.
    Artista hacedor de trampas... cazador del ser... Arte como trampa para cazar al ser. Sojuzgarle, pillarle por lo huevos de las emociones y ya no soltarle jamás...
    El hombre un pastor. El artista un depredador.
    El hombre pastorea mientras el artista lo espera, lo embosca, lo asalta...
    Cómo mola...
    Mola, pero es una chorrada... creo... o no...
    El Dios mío de papel? Divertido, jugar, sacar, poner letras encima de otras letras. En definitiva, combinar... Entonces, según eso el arte es, en realidad, un mero juego combinatorio más o menos aleatorio... ¿Por qué esas tres palabras de als que habla y no otras cualquiera entre las 50.000 palabras del castellano? ¿Qué produce más o menos sensaciones en el espectador...? ¿Son esas palabras elegidas al azar, o son cualesquiera otras...? Si no son esas y pueden ser otras, si pueden ser otras palabras, eso nos llevaría a resultados distintos... Y eso implica poder medir las sensaciones del lector, espectador... Pueden remover más palabras como lobo, acera o carbón, que otras como pino, casa o seta... Puede ser... y si así fuera, también podría ser que existiera la perfecta combinación de palabras... las veinte palabras cuya elección y disposición exacta una tras otra diera como resultado el soneto perfecto, el soneto definitivo. El soneto del auténtico cazador del ser. Si sólo es combinación, entonces puede ser... Y si eso puede ser, su Dios de papel en realidad es encontrar esas palabras perfectas y exactas. Por tanto, entonces, su Dios es un Dios finito... ya que una vez llegas a él no hay más... ahí termina. En consecuencia, su Dios de papel combinatorio es en realidad una chorrada... ya que al ser finito, Dios deja de ser Dios.
    Pero esto que estoy diciendo también es una chorrada... y además me he perdido...
    Hala chatos, me voy a comer que llevo todo el día currando...
    Salud

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  2. No estoy seguro pero tengo la impresión de que lo que habla es la leyenda y no la persona. Ergo, no dice más que majaderías.

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  3. A mí lo que me mola es cuando dice que en los constructivismos "tanto los rusos como nosotros los vascos" querían cambiar al hombre. Las esculturas que hizo este hombre (hay un par en el Reina Sofía) están bien, pero dejó de hacer esculturas en el cincuenta y tantos y desde entonces se dedicó a divagar. Probablemente es verdad que habla la leyenda y no la persona. Tiene algo de ridículo, es verdad.

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