lunes, 2 de marzo de 2009

descojonciándome, Vega

Por una educación pública, laica y de calidad
¡Matemáticas en misa ya!

Somos un grupo de docentes de todos los niveles educativos que estamos muy preocupados por el bajo nivel cultural en nuestra sociedad, los altos índices de fracaso escolar y la proliferación de telebasura. Para salir de esta situación queremos traspasar los muros de las escuelas, los institutos y las universidades, llevando la cultura y la educación a ámbitos en los que hasta la fecha hemos estado ausentes, en los que nuestra dejadez ha privado a muchos ciudadanos del derecho universal a la cultura. Como primer paso, queremos llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que nos cedan un diez por ciento del tiempo de las misas con el fin de que profesores especialistas en las distintas disciplinas puedan llegar más fácilmente a los creyentes mediante breves intervenciones didácticas. Estamos estudiando cuál sería el momento idóneo para insertar en las misas contenidos científicos y culturales, tal vez inmediatamente después de la consagración o justo antes del padre nuestro. Está claro que algunos feligreses podrían, con razón, objetar que ellos no tienen porqué aumentar sus conocimientos ni su cultura, ya que acuden a misa con el sólo fin de orar y escuchar la palabra de Dios. Para solucionar este problema, y aunque pudiera parecer inconstitucional, a la entrada a la iglesia les haríamos rellenar un formulario para que manifestaran su preferencia por la religión o la cultura. Una vez identificadas estas personas, podrían abandonar en el momento adecuado la nave principal de la iglesia y reunirse en las capillas laterales, la cripta o el salón parroquial. Con el fin de evitar agravios, estas personas podrían recibir durante ese rato charlas de carácter no cultural ni educativo pero muy relacionadas con los contenidos que se estén impartiendo en ese momento al resto de los fieles desde el altar. Por ejemplo, los feligreses que no quieran repasar la tabla periódica, estudiarán los efectos perniciosos de los colorantes alimentarios, los que no quieran hacer ejercicios de educación física podrán ver un documental sobre la obesidad, y los que no quieran repasar los verbos irregulares ingleses podrían estudiar estadísticas sobre la importancia de hablar idiomas en el mundo moderno. Los obispos nos han adelantado que no habría problema en computar el tiempo de cualquiera de estas actividades como tiempo equiparable al dedicado a escuchar la palabra de Dios, a la oración, a la contemplación, la penitencia o a la caridad y en ningún caso podrá discriminarse el acceso a la salvación eterna a los fieles en razón de sus preferencias religiosas o educativas. Tampoco han puesto la más mínima objeción a la aparente contradicción derivada de que el contenido de las misas esté basado en la fe y las creencias, en contraste con la naturaleza científica y académica de los contenidos que habitualmente impartimos en las aulas. En un primer momento, las clases se impartirían sólo durante las misas obligatorias de los domingos y fiestas de guardar, para más adelante extenderse a otros actos religiosos de asistencia no obligatoria como bautizos, bodas, comuniones, funerales, ejercicios espirituales, ordenaciones sacerdotales e incluso ceremonias de canonización o beatificación. Pero, ¿de dónde saldría el dinero para pagar al profesorado que trabaje los domingos? Sin duda alguna de los donativos que los fieles depositan en los cepillos, del porcentaje de impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia Católica o, en general, de los presupuestos de la Iglesia. Para garantizar la calidad de las enseñanzas impartidas, nuestra asociación gestionaría directamente el dinero aportado por la Iglesia y con él contrataría a profesores de sólida formación pedagógica y científica que se encargarían de impartir las clases durante las misas. Naturalmente, dado el carácter eminentemente laico de las clases, no dudaríamos en despedir fulminantemente a aquellos profesores que no mantuvieran una coherencia laica entre su vida profesional y personal haciendo cosas como casarse por la iglesia, acudir a misa semanalmente o participar en cualquier tipo de actos religiosos. Finalmente, llevaremos nuestras negociaciones hasta el mismo Vaticano, con cuyas autoridades firmaríamos un concordato que garantizara la continuidad de nuestra noble tarea docente en las iglesias durante los años venideros. Entre tanto, puedes hacer llegar nuestra propuesta educativa a docentes, padres, alumnos, políticos, sindicalistas, medios de comunicación e incluso a las autoridades eclesiásticas. Tal vez así contribuyamos a que se entienda mejor lo que está ocurriendo en relación con la enseñanza de la religión en los centros sostenidos con dinero público

4 comentarios:

  1. Es bueno, aunque creo que demasiado fino para que los siervos de dios se cosquen de qué va la cosa.

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  2. Estoy de acuerdo con Guimbus. Pero además echo de menos algunas cosas... A ver, dónde están las cabezas de los curas separadas del tronco por la soberbia habilidad del verdugo, dónde la sangre expandiéndose por lo pasillos como un riachuelo, dónde los monaguillos colocados de cara a la pared, frente a la estatua del martirio de San Sebastian, ensartado por mil saetas y sin cabeza por efecto del martillo del herrero, hincados de rodillas con un garbanzo debajo y los brazos en cruz con pesas en las manos. Echo de menos las antorchas y al pueblo enfurecido armado con hoces, horcas, piedras y navajas, entrando en tropel como una turba rabiosa tras derribar las puertas de los conventos... Echo de menos a las monjas disfrazándose de fulanas (y alguna ejerciendo en un rincón) para conseguir salir con vida del infierno, echo de menos a algún exseminarista resentido, de pie, sobre el altar, encabezando y dirigiendo el odio del populacho para saldar viejas rencillas y, a su manera, impartir la justicia de Dios... También me falta algún cura, postrado ante el altar, llorando arrepentido por sus pecados y algún otro, a su lado, con la cabeza alta, satisfecho por alcanzar antes de tiempo el glorioso martirio que le permitirá reunirse con su Dios con una buena carta de presentación en la mano... (aunque sea sin cabeza, claro está)
    No sé, que lo veo todo muy fino, muy señoritingo, mu exquisito, vamos... Vamos que sois demasiado pedagogos, demasiado modernos... Ay, los valores de antaño... Oh, tempora... Ya no se generan odios como los de antes... esa fuerza, esa rabia, ese savoir fair... Eso eran modales y valores... de ciudadanía o de lo que fuera...
    Salud...
    Dios mio, qué bien me lo paso escribiendo estas cosas... estas gilipolleces... Bueno, compas, me vuelvo al currele...
    Salud

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  3. Fernandico, te ha salido la nobleza baturra que llevas dentro.

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  4. ja, ja, ja!!
    Con las ideas de Fernando se podría hacer un "día de la Bestia II" o mejor, un "día del evangenlio de la-letra-con-sangre-entra I".
    Podríamos hacer un corto y presentárselo a la tele, que la semana que viene hace la "semana del plan Bolonia"...
    Borch, por cierto, he oído en el telediario que se admiten pregunas a las que te responde la propia Ministra...Any questions?

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