sábado, 24 de febrero de 2007

Una sentencia del Tribunal Constitucional

Supongo que habréis visto que el Tribunal Constitucional ha avalado la constitucionalidad de los acuerdos con la Santa Sede (sobre Enseñanza y Asuntos Culturales) del año 1979. Los artículos de los que se cuestionaba su constitucionalidad se referían a la capacidad de la Iglesia para seleccionar las personas que resulten idóneas para impartir clases de religión en los colegios.

Parece que la Iglesia se ha comportado como un departamento de Recursos Humanos especialmente quisquilloso: no ya se trata de que los profesores tengan que mantener una actitud impoluta en sus centros de trabajo, sino que han de comportarse en todos los aspectos de su vida como buenos cristianos. Si el Obispado se entera de que un docente de religión desarrolla algún tipo de actividad contraria a lo que ha de esperarse de un buen cristiano, despide a los docentes y punto. Al Obispado no le importa sólo el que los docentes desarrollen correctamente su trabajo, sino que intenta averiguar si desarrollan con la misma corrección su vida privada.

Esta situación es completamente distinta de la que viven el resto de docentes: aunque a un profesor de matemáticas le tangan con el cambio en un supermercado, o aunque un profesor de geografía se equivoca al tomar una salida de la M-30, nadie tiene derecho a despedirles. No han de ser "matemáticos integrales" ni "geógrafos integrales" en todos los aspectos de su vida. Los profesores de religión, en cambio, han de mantener en todos los aspectos de su vida la integridad moral que ha de caracterizar a un referente para el cristianismo. Yo diría que se está violando el derecho a la intimidad (Artículo 18 de la Constitución Española).

Esto no tiene que ver sólo con la enseñanza en los Centros Públicos. Si se mostrase que a un trabajador de Telefónica le han despedido porque le gusta chupársela a su novio (otro problema es la dificultad real que tendría cualquier demandante para probar que el motivo real del despido ha sido éste), el despido resultaría tan improcedente como si se demostrase que ha sido despedido por negro, mujer o budista. A las empresas se les exigen unas condiciones (como el respeto al Estatuto de los Trabajadores) que parece que no se exigen a la Iglesia cuando actúa como contratadora.

Es verdad que el contratador real de los profesores de religión es el Estado (es como si Telefónica contratase y pagase a quien yo le diga, y no tuviese ningún derecho a cuestionar mis decisiones). También es verdad que la sentencia del Constitucional no avala directamente esta violación del derecho a la intimidad y del derecho a no ser discriminado por motivos ideológicos. Más bien parece que lo que hace es meramente avalar que el acuerdo que se firmó con la Santa Sede es un acuerdo legítimo, constitucional, y que por esa vía no tiene sentido intentar solucionar la situación de los profesores de religión. Parece entonces que la única vía para solucionarlo sería mandar a tomar por culo los acuerdos con la Santa Sede.

Me da la sensación, por todo esto, de que la sentencia del Tribunal Constitucional tiene al menos las virtudes de esclarer la significación de aquellos acuerdos, y de mostrar que las relaciones que la Iglesia exige con sus miembros son de vasallaje absoluto.

Paro ya de soltar el rollo. ¿Qué os parece a vosotros todo esto? ¡Necesitamos otro alcalde filósofo y comunista!

4 comentarios:

  1. ¡¡Son una puta secta mafiosa!! Lo que yo me pregunto es hasta cuándo va a seguir vigente el jodido acuerdo. Y el próximo que me diga que el PSE es de izquierdas le mando a catequesis!!

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  2. Si no hubiese clase de religión en los colegios no tendríamos estos problemas.
    Un profesor de religión no hace oposiciones, lo eligen a dedo, por lo tanto no es extraño que lo despidan del mismo modo...
    Se han dado caso de profesores de religión que conseguían su plaza a cambio de hacer aportaciones "voluntarias" a la iglesia, vamos que tenían que dar a los obispos una parte de su sueldo.
    La religión es algo que se aprende en la iglesia, en las clases de catequesis y sitios así...

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  3. Veamos, creo para mí hay dos planteamientos diferentes. Uno sería que partiendo de que los profesores de religión no lo son por oposición sino por otras “artes”, entiendo que la iglesia tiene la capacidad (digamos, el derecho) de echar a “sus” trabajadores si no cumplen con las “normas” de su “empresa”. –Que me guste o no; me parezca o no anacrónico, es otra cosa, pero en principio, así es por “corporativismo en su organización”-. Y otro planteamiento (que es donde yo sí creo que se han columpiado, y MUCHO) es que por muy trabajador que sea uno de la iglesia o del Corte Inglés, el que contrata no puede NUNCA saltarse el derecho de los trabajadores (la constitución, etc), echando a alguien por causas personales.
    Yo trabajo en una ONG que se declara de izquierdas, pro campesinado, etc., pero EVIDENTEMENTE, a mí no me podrían echar por votar a la DERECHONA (otra cosa es que me dieran una merecida paliza). Sí me podrían echar por decir en una conferencia de trabajo que estoy en contra de la Soberanía Alimentaria o que no considero que la reforma agraria sea un derecho de los campesinos del mundo, porque eso SÍ va en contra de la línea en la que mi ONG trabaja y yo la estaría representando. Pero si yo en mis ratos libres como soja trasgénica, voy al McDonalds, juego al golf y compro la Razón como diario independiente informativo, eso no les incumbe.
    Si los profesores de religión en sus clases predicaran la vida en “concubinato”, entonces entendería que los echaran (manque no me gustara ni pizca). Lo que no entiendo es porqué el Constitución al avala que se expulse a gente cuya vida privada no está demostrado que se mezcle con la laboral. Por supuesto no caigo en hacer la evidente y sangrante argumentación de que entonces qué pasa con los obispos Yanquis a los que perdonan por tener “sólo” un número “X” de casos de pederastia DEMOSTRADOS –no sólo no son excomulgados, sino que no pierden su trabajo-, y lo dejo en un argumento más rápido y que atañe a España que empieza por anti y termina por constitucional.
    BORCH, ten cuidadín con lo que dices en clase, que eres un rojo irreverente de mierda, ah, y ex - melenudo!, eso!

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  4. Hermanos, rezad conmigo esta alegre jotilla. Vamos remolones, las manitas arriba, los bracitos corvados y preparados para dar saltitos:
    “si-los-curas comieran chinas del ríoooo,
    no-es-ta-rían tan gordos los tíos jodíos!.

    “Los cojones del cura de Almendralejo
    pesan catorce arrobas sin el pellejo.
    Los cojones del cura de San Froilando,
    Los llevan 4 mulas y van sudando”

    Y esa otra Aleluya tan bonita que reza –gracias hermano Frai Krahe-:
    “San Cucufato, te enciendo esta vela.
    Devuélveme el pudor, hace un frío que pela.
    San Cucufato, los cojones te ato:
    si no me lo devuelves no te los desato”.

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